sábado, 17 de diciembre de 2016

Funeral en Getsemaní por el obispo Prelado del Opus Dei Mons. Javier Echevarría

A las 21.10 del 12 de diciembre, en la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, falleció Mons. Javier Echevarría, obispo y segundo sucesor de san Josemaría Escrivá, fundador del Opus Dei. Tenía 84 años, y era el Prelado del Opus Dei desde hacía 22 años. El viernes 16 de diciembre, a las 12.30 horas, tuvo lugar una misa de funeral en sufragio por su alma en la Basílica de Getsemaní.

Presidió la Eucaristía Mons. Joaquín Paniello, vicario del Opus Dei en Tierra Santa. Concelebraron otros sacerdotes que desarrollan su labor pastoral en Jerusalén o que están estudiando en esa ciudad. En la homilía d. Joaquín hizo referencia a este lugar Santo como el lugar de Tierra Santa que más devoción le daba a Mons. Javier Echevarría. 

El Prelado realizó un viaje, su último viaje a Tierra Santa, a finales de 2013. Un día le dijimos que iríamos a hacer la oración a la basílica del Huerto de los Olivos. En ese momento nos volvió a repetir lo que ya había expresado en otras ocasiones: Getsemaní era el lugar de Tierra Santa que más devoción le daba. Estuvimos algunos hijos suyos rezando con él durante media hora dentro del recinto de la roca. Al salir, unos jóvenes franciscanos le llevaron al huerto para ver los olivos más antiguos, y le hicieron varios regalos, entre ellos un trozo de roca del Calvario. Era ya noche cerrada. El Prelado quedó muy agradecido por la atención, por los regalos, pero sobre todo por haber haber podido volver a rezar en ese lugar tan especial.

Unos años antes Mons Javier Echevarría había publicado un libro que llevaba por título "Getsemaní". En esas páginas el Prelado del Opus Dei fijaba su atención en las horas que Cristo pasó en el huerto de los olivos, en agonía y oración. Contemplando la súplica de ‘El gran Rezador’, como llamaba a Jesús en el libro, nos enseñaba en esas páginas a tratar a Dios Padre.

Escribía: “Getsemaní. Horas de amargura humana para Jesús; horas de paz inefable en el hondón de su espíritu, porque cumple la Voluntad santa de su Padre. Unas horas éstas, las de la oración de Jesús en el Huerto, que llegan muy al fondo del alma del cristiano”. Así comenzó el Prelado esas páginas de la contemplación sosegada del diálogo de Jesucristo con su Padre en las horas previas a la Pasión. En el libro va desgranando la oración de Jesucristo a lo largo de más de doscientas cincuenta páginas. El autor deja por escrito su oración, en la que alterna la reflexión personal con la invocación directa al Salvador.

Sabiendo la devoción tan grande que tenía a este sitio, pensamos que sería el lugar ideal para celebrar el funeral por su alma en Tierra Santa. Seguro que están siendo oraciones de ida y vuelta pues, desde el cielo, nos lo está agradeciendo y enviándonos abundantes gracias.


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